Música y vino: 4 consejos de maridaje para superusuarios

La música nos influye de más formas de las que solemos ser conscientes, a menudo muy por debajo del umbral de la conciencia. Por ejemplo, cuando reconocemos una canción, el cerebro percibe extrañamente que el tiempo se acelera. Ahora bien, si estás esperando en una larga cola lenta, esto puede ser obviamente algo bueno. La música también tiene efectos sorprendentes sobre lo que compramos. En un estudio ya clásico, unos científicos instalaron un laboratorio en una tienda de vinos para comprobar la relación entre la música y las ventas de vino. La tienda vendía más vinos franceses cuando ponía música francesa, y cuando cambiaba a música alemana, los clientes compraban más rieslings alemanes.

Todo esto se reduce a que la música puede mover la mente hacia nuevos marcos de referencia. Además, ilustra que somos mucho más fácilmente influenciables por el entorno de lo que quizá orgullosamente nos gustaría imaginar. Un solo sonido, una melodía o un tipo particular de silencio pueden recordarnos un lugar, un acontecimiento o un periodo concreto de la vida. De la misma manera, la música puede colorear inmediatamente cómo experimentamos el vino. Una música suave hace que el vino sepa más suave, mientras que una banda sonora viva hace que el vino sepa más vivo.

Ahora que sabemos que la música puede desempeñar un papel importante en la cata de vinos, ¿cómo podemos utilizarla hábilmente en nuestro beneficio?

Para maridar música con vino, lo mejor es encontrar primero puntos de contacto comunes tanto en el vino como en la música.

Consejos prácticos sobre música y vino.

1. Combina el origen

Elige vino y música del mismo continente, país o región. Esta elección refuerza el sentimiento del lugar. Empieza con combinaciones obvias, como tocar tango cuando sirvas vino tinto de Argentina o tocar fado con un vino robusto de Portugal. A medida que vayas aprendiendo, puedes progresar hacia géneros aún más locales.

2. Adecuar los rasgos de carácter y personalidad

Escucha atentamente la música e intenta identificar alguna de las siguientes características: ligero, potente, elegante, robusto, cálido, frío, fresco, maduro, juvenil, dulce, entrecortado, acogedor, comedido, desenfadado, moderado, expresivo, apretado. Cuantos más atributos encuentres que encajen con tu vino, mejor.

3. Combine el horario y década

Un vino maduro puede encajar perfectamente con música antigua. Preferiblemente de la misma década, o ¿por qué no de la misma cosecha? Prueba a poner un disco legendario mientras sirves un vino igualmente legendario del mismo año. Un clásico es escuchar Thriller de Michael Jackson mientras se degusta un Burdeos de alta calidad del mágico año 1982.

4. Prueba de contrastes

Atrévete y pon una música que choque con el sentimiento del vino. Una música de fondo contrastada puede tener un efecto fascinante. Una lista de rock duro desarmará fácilmente un champán añejo caro, mientras que una elegante fuga de Bach dará a tu burbujeante fiesta cotidiana un brillo lujoso.

Sean cuales sean tus ambiciones, hay un mundo ahí fuera por explorar. Invita a unos amigos, personaliza una lista de reproducción que encaje bien tanto con el vino como con las preferencias musicales de tus amigos. Y no olvides cargarte con mucho vino.